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Carta a Presidenta de Chile, Michelle Bachelet

  • anorexiasophi
  • 28 nov 2015
  • 9 Min. de lectura

PUBLICADO EN WWW.ANOREXIASOPHIBUGUE.BLOGSPOT.COM EL 18 DE MARZO

Concepción, 18 Marzo de 2015

Sra. Michelle Bachelet

Presidenta de la Republica de Chile

PRESENTE

Querida Presidenta de la República:

Junto con saludarla se dirige a usted Sophia Bugueño Sierra con la intención de informarle lo que esta viviendo mi familia y principalmente yo.


Actualmente tengo 16 años y vivo en la octava región. Hace aproximadamente un año mi vida tuvo un giro en 360 grados y pasó a ser controlada por la catastrófica enfermedad que es la anorexia nerviosa.


Hasta ese minuto jamás pensé que ser perfeccionista, autoexigente, buena alumna fuera un problema o que todas esas cualidades y más cosas me llevaran a esto. Hasta ese minuto yo creía que mi vida era normal, como cualquier otra, pero estaba equivocada. La Sophia de ese entonces se fue consumiendo poco a poco, ya no era la niña alegre que estaba tirando tallas todo el día o que estaba preocupada de hacer planes para el fin de semana, o que disfrutaba que le compraran cosas como a cualquier otra niña; sino que la sophi se había apagado. Estaba tan concentrada y obsesionada con las calorías, controlar lo que comía, y controlar otras cosas que no son de una niña de mi edad, como es el gasto de la casa.


Poco a poco me fui alejando socialmente ya que mis intereses no eran los mismos que mis compañeras. A esa altura de mi vida no podía mirar a la cara a las personas, mi autoestima estaba por el suelo y sinceramente me daba vergüenza hacerlo. En el minuto en que me dijeron que tenia anorexia no tenía idea de las páginas que hay en internet para incentivar a hombres y mujeres que bajen de peso, hay tanta información, información de como esconder la comida sin que tus papas sepan, o que hacer para quemar aunque sea 1 caloría y estar mas tranquila.

Desde el momento en que me dieron mi diagnostico; anorexia nerviosa, trastorno de la personalidad, trastorno obsesivo fue muy difícil para mi, ya que sentía vergüenza de mi enfermedad, sentía culpa, sentía que había cometido un crimen por lo tanto me privaba de muchas cosas, bueno eso es hasta el día de hoy pero cada vez menos. Actualmente logre entender que no debía sentir vergüenza de tener anorexia, ya que es una enfermedad como las otras, entendí que decir tengo anorexia o tengo cáncer era posiblemente lo mismo, ya que ambas son enfermedades. Mi enfermedad fue tratada en concepción por un equipo médico. Durante tres meses estuve con tratamiento ambulatorio, en los cuales tuve bradicardia y presiones por debajo de lo normal. En ese tiempo, nunca llegue al peso propuesto por los médicos, ya que hacia todo lo posible para esconder comida y no subir de peso. Asi, fui bajando cada vez más y más; ya que uno se vuelve muy inteligente y se le ocurre cualquier idea para no comer, ideas que actualmente digo “¡como pude hacer eso!”.


Sin embargo, a veces si quería comer, si quería salir adelante pero mi mentalidad anoréxica era más fuerte, cada vez que comía escuchaba a esa maldita voz que me impedía hacerlo y me llevo a la desnutrición y riesgo vital.


Estuve internada dos meses aproximadamente en la clínica de la universidad católica en san Carlos de apoquindo en salud mental. Llegar ahí fue duro, una experiencia al limite, realmente era otro mundo, otra realidad que jamás pensé que existía y que a pesar de todo me brindó cosas tan positivas que incluso cuando llego el momento de irme no quería dejar el lugar.

Yo creo y estoy segura de eso, que viví la vida tal cual es, que mi vida antes era una burbuja. Aprendí a valorar aun más las cosas, volví a reírme, volví a sentir que si hay gente verdadera, amistades verdaderas, aprendí a reírme de mi enfermedad, a sacar todos mis talentos y mi personalidad de siempre que, incluso en algún momento llegue a hacer huelga para poder participar en una actividad que no podía por castigo.


Era un mundo tan triste, porque todos los que estábamos ahí teníamos un problema, teníamos una vida por delante y una enfermedad que sanar pero, al mismo tiempo era un mundo tan sincero, tan protegido, que jamás olvidaré a todas las personas que conocí y espero que ellos tampoco olviden a su pequeña mimada.


Después de casi dos meses logré obtener mi peso para estar nutricionalmente sana, y ahí venia la peor parte y que no quería enfrentar, venia la despedida de amigas y amigos que me habían acompañado esos dos meses, la despedida de una amiga con mi mismo problema que le quedaba mucho por recorrer. Pero, como me paso a mi cuando llegue, justo se iba una amiga con anorexia me dio todos sus consejos, fuerzas e hicimos una promesa que hasta el día de hoy no la he roto que fue “..Jamás volver a esconder comida..”. Ahora me tocó lo mismo, cuando me fui apoye a esa amiga que le quedaba mucho por recorrer, le regalé dibujos con alientos, le di todos mis consejos y fuerzas y hasta el día de hoy jamás he perdido el contacto con la gente de la clínica, desde la señora que hacia el aseo hasta los mismos para-médicos.


Señora Presidenta, después de todo esto, puedo decir que si había una triste realidad que, yo creo, no solo pasa aquí sino que en muchas clínicas más. Había pacientes muy críticos en su enfermedad y que alcanzaban a estar medio día ya que no iban a poder costear su estadía en la clínica.


Bueno, en fin, al salir de la clínica mantuve mi peso, pero psicológicamente y psiquiatricamente no estaba bien, aun no podía asumir mi enfermedad, me privé de ver a mis familiares -cosa que aún no lo hago por miedo- no quería ver a nadie, las que se hacían llamar mis amigas ya no lo eran, odiaba mi colegio donde había pertenecido toda la vida. Quise ponerme como meta poder dar exámenes libres aunque no haya podido asistir al colegio durante todo el año, fue la peor experiencia que pude haber tenido. Había mucha discriminación en ese lugar y no tuve el mejor trato. Al final terminé con un promedio que para mi no era bueno y para mi desempeño escolar durante los años tampoco lo era, fue difícil, pero debía asumir que era el mejor resultado que podía obtener en el estado que me encontraba.

Bueno eso es poco, realmente poco de todo lo que he tenido que vivir. Hace un mes aproximadamente tome la decisión de salir adelante de luchar por mis sueños, de luchar para poder ayudar a la gente y es por eso mismo que estoy escribiendo esto. La anorexia es una enfermedad en la cual cada día son más las víctimas, una enfermedad en la cual la gente cree que se deja de comer por un capricho de querer ser flaca pero no es así, personalmente era una enfermedad que arrastraba hacía 3 años, en la cual uno quiere ser visible por el resto y en ningún momento fue un capricho de querer ser flaca sino que era una inestabilidad emocional lo cual me condujo a esto. La anorexia me robo mi vida, mis sentidos, mis sueños, la gente que más quería y es por eso que quiero salir adelante no voy a permitir que esta enfermedad me siga quitando mis sueños, que toda esa gente que ha hablado mal de mí y me ha molestado por ser anoréxica puedan ver lo horrible que es esto, pero al mismo tiempo le agradezco a todos mis conocidos por ser parte de esto y a esas personas que no conozco por rezar por mí, por rezar por mi y darme una mano cada vez que estuve en riesgo. Mi sueño es ser psicóloga especializada en trastornos alimenticios y a través de mi testimonio ayudar y que esto se acabe de una vez porque la belleza esta en lo interno más que en lo externo. Personalmente a mi familia nos toco vivir una experiencia bastante desagradable que aun no está resuelta, la isapre mas vida considero mi estadía en la clínica como psiquiátrica ya que si es verdad que pertenecí a salud mental pero el ingreso a la clínica fue exclusivamente y principalmente por mi desnutrición. Al ser considerada mi estadía en la clínica como psiquiátrica la isapre no cubre lo que corresponde. Mi papa demando a la isapre ya que correspondía separar lo psiquiátrico de lo nutricional, porque si es correcto yo también recibí ayuda psiquiátrica y la anorexia además de nutricional es mental. El juicio fue perdido, pero la batalla no, creo y estoy segura de eso que se debería hacer justicia, que se debería considerar que mi estadía en la clínica era por un tema nutricional y que yo utilizaba ese puesto, esa cama por mi desnutrición por lo tanto debería haber una bonificación lo cual no se está haciendo. Tengo 16 años y creo que no debería meterme en este tema pero personalmente encuentro que no es el primer caso de problemas con una isapre, costear un tratamiento así no es barato y la isapre no entrega el apoyo que debería ser. Lo que está pasando con la isapre me afecta mucho en mi tratamiento, ya que tengo un trastorno obsesivo directamente con la plata y al ver la injusticia que se está haciendo me deja muy intranquila. Al ser internada en la clínica de la universidad católica y ver lo caro que era el tratamiento ahí y ver a todas esas personas que no podían siquiera cumplir 1 día porque se daban cuenta de que no iban a poder costear la clínica me di cuenta que estar internada en esa clínica hay que tener un perfil ya que por lo que pude ver solo las personas con los medios podían costearla, y gracias a dios yo tuve esa oportunidad; también me di cuenta de que todas las personas internadas con anorexia no eran de Santiago sino que de otras regiones del país, miles de kilómetros nos distanciaban de nuestra ciudad, había gente de viña del mar, Iquique, Antofagasta, Concepción y es ahí donde me di cuenta de que solamente en Santiago hay clínicas que cuentan con los medios para tratar este tipo de enfermedad; ahí me pregunto ¿Qué pasa si una persona de escasos recursos no puede viajar a Santiago, no tiene derecho a tener un tratamiento digno como el que te puede dar una clínica en Santiago?. No solo está el tema económico por una hospitalización, sino que también está el tratamiento post alta, que muchas personas dejan de hacerlo ya que quedan sin los medios después de la hospitalización. Es una enfermedad muy larga, que se necesita de un equipo tremendo, terapia familiar, terapia individual, psiquiatra, kinesiólogo en mi caso, cardiólogo, nutricionista, nutrióloga, doctora a cargo de tu examen físico etc.


Una vez al mes viajo a Santiago para tener controles en Santiago y me imagino que hará esas personas que no pueden acceder a eso, acceder a que mientras tu hijo o hija se encuentra hospitalizado debes encontrar un lugar donde poder alojar, en fin son sumas y sumas de gastos que realmente no todos podemos acceder a eso. Hoy en día muchas familias no pueden hospitalizar a sus hijos por los medios económicos o simplemente no pueden recibir un tratamiento, pienso que no deberíamos seguir aguantando escuchar frases como “vendo la casa y te puedo hospitalizar”, está bien, un hijo es más importante que algo material pero realmente no es justo escuchar eso.

Me gustaría crear conciencia en los miles de chilenos y chilenas que es tener anorexia, no debería haber discriminación en una persona gorda y en una persona con una enfermedad. Estoy viviendo un infierno, una etapa durísima llena de penas y esfuerzos, pero le agradezco a la anorexia por dejarme vivir la vida como es, por hacerme entender que la vida se trata de luchar y luchar y que antes de rendirse hay que intentar, por eso mismo yo no me rindo y decidí escribir esta carta, y que realmente nadie viva esto, porque a pesar de haber conocido a gente maravillosa, de hacerme madurar, de robarme sueños la anorexia no es un juego, es una enfermedad un infierno, y mi vida o la tuya vale más que una simple caloría.


En fin, Señora Presidenta, luego de todo lo vivido no puedo ignorar la suerte que tuve para poder acceder a la mayor cantidad de tratamientos que existían. Sin embargo, se que esta no es la realidad de Chile. El ex plan auge, actual GES, no es bueno. Me gustaría que la anorexia también fuera parte de este plan. El sistema púbico chileno tiene muchas falencias y me toca muy en el fondo que hayan niñas y niños muy parecidos a mi que tengan esta misma enfermedad y que por su condicion socioeconómica no puedan acceder a los tratamientos necesarios. La anorexia te consume y se vuelve parte de ti, dia a dia cargo con esto. Falta todavía, eso lo sé. A través de esta carta, más que contarle mi historia, queria pedirle que por favor se mejoren las politicas publicas de salud, sobre todo con este tipo de enfermedades psicologicas y nutricionales. No puede ser que tanto a nivel constitucional como a nivel practico nuestra salud, nuestro bienestar y el de toda nuestra familia, dependan de que tan grande sea la billetera. El derecho a la salud es un derecho humano, no es un bien de consumo. No somos y no deberiamos ser el alimento para la supervivencia de las isapres y las farmacias. ¿Hasta donde hay que llegar para que se den cuenta de eso? Por esto, Presidenta, le pido cambiar las leyes, mejorar las politicas publicas, no puede ser que sigamos con esta Constitución donde haya que hablar de propiedad para recurrir de protección en los temas de la salud. La isapre no es la salud, sino que lo somos todos los chilenos y chilenas. No quiero ver que en el Chile del futuro siga habiendo casos de anorexia que no sean tratados de la forma que corresponde, no es justo. No es justo.


Señora Presidenta en sus manos está el destino de muchos niños chilenos que sufren de anorexia, que son el futuro de nuestro país y que por el hecho que sus padres no cuenten con los recursos económicos nunca tendrán el tratamiento adecuado a menos que esta enfermedad se incorpore al GES. Espero contar con su apoyo. Muchas gracias.

Sophia Bugueño Sierra

 
 
 

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