Lo que ayer era difícil hoy es una conquista

Lo que ayer era difícil hoy es una conquista. Como explicarte a ti que estás leyendo esto, como traspasar mi felicidad, mi orgullo y toda la confusión que he estado sintiendo después de eso. Algo tan sencillo para ustedes como tomar helado, pero algo tan difícil en mi vida, pensamientos, voces, miedos, inseguridades, calorías todo eso pasaba por mi cabeza cuando un alimento “desconocido” pasaba por mis ojos. Ayer fue un día especial, un día el cual lo logré, logré vencer todas esas voces y miedo, esa satisfacción de poder tomarte un helado después de más de 2 años. Realmente son esfuerzos que me llenan el alma, esfuerzos que creo que yo solamente los veo y les tomo esta importancia porque realmente nadie entiende lo difícil que es hacer esto. Muchas veces he dicho que es triste la recuperación de una persona con anorexia, es una recuperación donde no te dicen “felicitaciones” pero si están para decirte todo lo que te falta por lograr, todo lo que tienes que hacer y todo lo mal que lo haces, donde nadie ve esfuerzos, donde nadie se siente orgulloso de ti y es tanto el odio que sientes hacia ti que ni siquiera tu sientes orgullo, todo lo que tu haces lo llaman “ es tu obligación” o “abre la boca y santo remedio”, pero no entienden que no se trata de eso, porque mejorarte no es tan sencillo como abrir la boca y comer. Una triste recuperación basada en castigos, “engaños”, una recuperación silenciosa donde te ocultan muchos datos. Muchas veces me ha tocado ser testigo de otras recuperaciones como personas invalidas, personas que dan un pasito y no solo la familia sino que todos los médicos son felices, una recuperación donde me imagino que es igual de compleja pero sinceramente un recuperación que envidio sanamente. Muchas veces me hubiera gustado poder haber festejado, haber saltado de felicidad con ese alguien, pero no, para ellos es algo tan normal que te miran y te dicen ¿Qué helado más rico verdad?, ¿comete otro?, o simplemente ¿y eso era tan difícil?, responder que si eso era tan difícil, que no es abrir la boca y comer y que finalmente logré entender que no me importa la llegada a la meta sino que lo que me importa es el trayecto , el camino, el cómo llegue a ella y todo lo que aprendí. De esta forma les muestro que llego ese día que jamás esperé, que mi alma está llena y que a pesar de que pienso que muchas veces poner corazón, garra, lagrima y sufrimiento no vale la pena, hoy veo esté resultado con una satisfacción tremenda.

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